La falta de asistencia al trabajo sin aviso y/o causa que lo justifique puede dar lugar a dos consecuencias distintas, que se considere dimisión, o que se considere despido por inasistencia justificada al trabajo.
¿Cuál es la situación? Una persona abandona la empresa sin preaviso, abandona su puesto de trabajo y no regresa, ni avisa, ni tiene causa, o al menos no comunica nada a la empresa.
Esta circunstancia mantenida durante un cierto periodo de tiempo, pero que por término medio por la comprobación de varios convenios colectivos, podemos fijar en tres – cuatro días puede llevar a la empresa a la consideración de que nos encontramos ante una baja voluntaria.
Si la empresa tramita así esta situación de terminación del contrato de trabajo las consecuencias son unas: no hay prestación de desempleo, dificulta posibles reclamaciones a la empresa, etc. Estos mismos hechos pueden dar lugar a que la empresa considere que se trata de un despido disciplinario y proceder a dar de baja al trabajador por despido. En este caso, en teoría, si hay derecho a paro.
El trabajador que quiere dimitir debe comunicarselo a la empresa, y la empresa aceptará su dimisión, siendo en principio la única cuestión controvertida si el trabajador tiene que notificar su baja con preaviso o puede tener efectos inmediatos. Siempre puede pretender que tenga efectos inmediatos, pero en tal caso puede suceder que se le descuente de su liquidación. Es claro, que en este caso no tiene derecho a prestación de desempleo.
Por otro lado, la empresa, ante esta situación tendrá que notificar el despido al trabajador, dejando prueba fehaciente de éste, normalmente por burofax o similar y podrá tramitar la baja o extinción de contrato en la seguridad social.
En este caso, aunque presuntamente puede haber prestación de desempleo hay algunos casos en que el Servicio Público Estatal de Empleo estudia la situación para ver si oculta una dimisión voluntaria.
Esta diferencia es muy importante.
Consúltenos.