Autónomos y pymes, los retos

Autónomos y pymes, los retos

Situación excepcional y coyuntural para trabajadores en autoempleo:

No es baladí empezar diciendo que la situación derivada del Covid-19 debe ser coyuntural y sus efectos bastante limitados en el tiempo. A pesar de ellos, la gran cantidad de normas tan importantes que se han dictado en un reducidísimo periodo de tiempo pretenden mantener un equilibrio entre la falta de ingresos que van a tener las pequeñas empresas y Autónomos y la necesidad de financiarse del Estado.

De ahí que fuera de los ERTEs las únicas medidas de que oímos hablar son aplazamientos, fraccionamientos y avales.

No hay ningún tipo de rebaja fiscal, sino dotar al sistema de una liquidez que sufre en mucha mayor medida el pequeño empresario.

El difícil equilibrio de la normativa, junto con la precipitación que, en parte, imponen las circunstancias, hacen que las normas técnicamente tengan sus defectos.

Exposición de motivos

Todas ellas empiezan por prolijas exposiciones de motivos, una declaración de buenos deseos, que luego la urgencia, la contradicción entre unas normas y otras o la imposibilidad de aplicar las medidas porque los recursos no existen, ponen barreras a su eficacia.

Unos plazos muy deseables, pero inabarcables.

Una falta de armonización de unas normas con otras.

La voluntad de que el estado no falle, que exige los recursos.

La buena voluntad se choca con la realidad, porque el estado para funcionar necesita dinero y ese dinero sale de los impuestos.

Así pues, un circulo vicioso de difícil quiebra.

 

Expectativas

En el corto plazo se van a solucionar para autónomos y pequeños empresarios la incompatibilidad de la prestación por cese con algunas percepciones anteriores de Seguridad Social que sí eran compatibles con la actividad.

A corto plazo parece que se van a posponer las declaraciones fiscales del primer trimestre (hasta el 20 de abril) para autónomos y pequeñas empresas, las que tengan facturación inferior a 600.000 euros.

Es necesario, porque la velocidad a la que ha evolucionado el contagio desde el 9 de marzo hace que la paralización progresiva haya supuesto la congelación de ingresos, la dificultad de acceder incluso a las facturas con las que la contabilidad pueda corresponderse con la realidad, e imposibilidad de tesorería que supone aplazar los pagos.

El efecto benéfico del ingreso en el sistema no se iba a producir en gran medida.

Es de sabios rectificar.

 

Demos un paso más, unidos empresas y trabajadores, unidos gobierno nacional y autonómicos, tenemos que establecer los puntos comunes para el funcionamiento del país.

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